Puerto Rico tiene ante sí una oportunidad única para incrementar sus ingresos fiscales en más de $3,800 millones de dólares anuales mediante la adopción del Impuesto Mínimo Global (IMG), según revela un reciente estudio de la organización sin fines de lucro Espacios Abiertos. Esta cifra, que representa aproximadamente un tercio del presupuesto del fondo general de la isla, podría transformar significativamente la economía puertorriqueña si se gestiona de manera adecuada.
Impacto potencial y riesgos del Impuesto Mínimo Global
El informe, titulado «El Impuesto Mínimo Global y sus efectos en Puerto Rico: una ventana de oportunidad», analiza el impacto del IMG, que establece una tasa mínima del 15% para las multinacionales con ingresos anuales superiores a 750 millones de euros ($820 millones). Esta medida, promovida por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y el G-20, ya ha sido adoptada por 147 jurisdicciones en todo el mundo.
Para Puerto Rico, la implementación de este impuesto podría significar la recaudación de hasta $3,843.1 millones anuales. Sin embargo, si la isla no adopta el IMG, corre el riesgo de perder $3,569.7 millones, que podrían ser reclamados por otras jurisdicciones donde las multinacionales operan.
Daniel Santamaría Ots, director de Investigación de Espacios Abiertos, advierte que el debate en Puerto Rico no debe centrarse en si aumentar o no la tasa contributiva a las multinacionales, sino en quién recaudará el dinero. «Estas corporaciones tendrán que pagar el 15% aquí o afuera. Si no actuamos, lo recaudará el país de origen o el país de alguna filial, pero si queremos que ese dinero se quede en Puerto Rico, tenemos que tomar acción», sostuvo.
Oportunidades para la inversión y crecimiento económico
Una vez implementado el IMG, la pregunta clave será cómo invertir los nuevos ingresos. Según Santamaría Ots, las alternativas son tan amplias como la imaginación lo permita, desde diversificar la base productiva de la isla hasta reducir la dependencia de incentivos fiscales. «El IMG presenta una nueva oportunidad para transformar y crecer la economía de Puerto Rico», afirmó.
El estudio destaca la necesidad de que Puerto Rico desarrolle una estrategia económica y fiscal a largo plazo que equilibre el uso de incentivos no contributivos con políticas que fomenten la inversión en actividades económicas reales. Esto es crucial para asegurar la sostenibilidad económica y fiscal de la isla en el futuro.
Desafíos legislativos y recomendaciones
Para capturar los beneficios del IMG, Puerto Rico deberá aprobar legislación específica antes de que finalice 2024. Un intento previo, mediante el Proyecto de la Cámara 1908, se quedó corto al no cumplir con los requisitos necesarios y no fue aprobado por el Senado. Espacios Abiertos recomienda adoptar varias reglas, conocidas como GloBE (Regla de Inclusión de Ingresos, el Impuesto Complementario Mínimo Nacional Calificado, y la Regla de Beneficios Insuficientemente Gravados), para asegurar que los nuevos ingresos se queden en la isla.
Entre las recomendaciones del informe se incluyen la obtención de una opinión oficial sobre el cumplimiento de las reglas GloBE, la evaluación de la adhesión al marco inclusivo BEPS, y la aprobación de legislación sobre el IMG antes de que finalice 2024. Además, se sugiere constituir una comisión evaluadora independiente para analizar y publicar el impacto del IMG en Puerto Rico.
Finalmente, Espacios Abiertos aboga por la eliminación de incentivos no contributivos que puedan considerarse como retribuciones proporcionales al impuesto complementario, la sustitución de decretos contributivos a medida por una reforma tributaria integral, y la evaluación del impacto de un impuesto mínimo del 15% para multinacionales locales.
Una oportunidad para el futuro
La implementación del Impuesto Mínimo Global representa tanto un desafío como una oportunidad para Puerto Rico. Con una recaudación potencial de $3,800 millones anuales, la isla tiene la posibilidad de dar un salto significativo en su desarrollo económico. Sin embargo, esto dependerá de la capacidad de los líderes puertorriqueños para tomar las decisiones correctas y asegurar que estos ingresos se utilicen de manera que beneficien a la economía y la sociedad en su conjunto.